28/3/07

Ciudadanos en el gozne

Se perciben señales, indicios, de que Rosa Díez, Fernando Savater y, supongo, que otros más van a acabar en Ciudadanos/Partido de la Ciudadanía. Hace unos meses, los resultados de las elecciones autonómicas catalanas depararon una sorpresa respecto a los sondeos demoscópicos "oficiales". Este partido obtuvo unos 90.000 votos y tres representantes en el parlamento autonómico catalán. Dicho resultado fue ninguneado por sus adversarios y ensalzado por sus partidarios, quienes hablaron de gran éxito. Aquello ya me pareció entonces una exageración, más un mensaje propagandístico que una valoración sincera del resultado.

Ciudadanos se presentó como el refugio para todos aquellos socialistas españoles en Cataluña que creían haber sido traicionados por el PSC, el partido de la oligarquía progresista catalanista. El PSC perdió representatividad pero obtuvo casi 800.000 votos (el 26,8%) para un total de 37 escaños. Ciudadanos obtuvo el 3,3% de los votos emitidos. La comparación lo dice todo y la conclusión es lógica: los votantes socialistas de las autonómicas siguieron respaldando abrumadoramente al PSC. No perciben, pues, ninguna traición. Participan y hacen suyo del proyecto soberanista catalanista del PSC. ¿Seguirá creciendo Ciudadanos en ese erial?

En las recientes elecciones quebequesas un partido ha pasado de 4 representantes a 41, de la marginalidad al 31% en cuatro años. Eso sí ha sido un gran éxito... aunque claro, quizá en las próximas elecciones autonómicas catalanas Ciudadanos dé un salto similar. Esa es su esperanza y la de muchos. El ideal constitucionalista de que el bipartidismo en las Cortes españolas lo desempeñen dos partidos que creen en España. Para ello, Ciudadanos tendría que jubilar de la escena política al PSOE, tarea titánica habida cuenta de varias realidades incuestionables: a) el sectarismo guerracivilista de los militantes y la mayoría de los votantes socialistas; b) la implantación institucional del aparato burocrático-tentacular de la omertà socialista; c) el poder real -que no fáctico- de la oligarquía socio-económica desarrollada durante el felipismo; y d) el control cuasi-omnímodo en la creación de opinión pública detentado por los dueños del imperio mediático-político conocido por las siglas PSOE/PRISA.

No hay comentarios: